viernes, 18 de enero de 2008

David Copperfield: la magia de la literatura

Lo primero que nos viene a la mente cuando escuchamos el nombre de "David Copperfield" es, probablemente, la imagen del famoso mago realizando alguna de sus geniales actuaciones.

Sin embargo, detrás de estas dos mágicas palabras se esconde algo más que un simple nombre artístico. Y es que, en realidad, David Copperfield es el nombre de una de las obras maestras de la literatura universal; un libro imprescindible para los amantes de las letras y, por supuesto, para los fans del gran mago norteamericano.

Creada por el escritor británico Charles Dickens a mediados del siglo XIX, esta obra agradó tanto a David Seth Kotkin (el verdadero nombre de nuestro mago) que decidió utilizarla como nombre artístico. Se trata de un libro entrañable, con el que seguramente David se sintió identificado desde el principio. La historia narra las aventuras de David Copperfield, un niño inglés que ha de hacer frente a las dificultades de la vida y que, gracias a su entusiasmo e ilusión por superar los obstáculos, acabará consiguiendo mucho más de lo que nunca fue capaz de imaginar. (Preferimos no entrar en más detalles y que, los que todavía no hayáis tenido la oportunidad de leer el libro, descubráis toda su belleza por vosotros mismos).

Está claro que este "miniargumento" guarda una gran relación con la vida del ilusionista más famoso del mundo, y esta es precisamente una de las razones por las que el mago decidió adoptar el nombre de "David Copperfield", pero existe alguna más... Evidentemente, el hecho de que el protagonista de la obra tuviese el mismo nombre de pila fue otro de los aspectos clave. Sin embargo, una circunstancia que quizá muy poca gente conozca sea la afición por la magia del mencionado autor inglés. En efecto, según ha corroborado David Copperfield en algunas entrevistas, Charles Dickens era un gran aficionado al mundo del ilusionismo, llegando, incluso, a idear una importante cantidad de efectos mágicos. Este hecho, unido quizá a una emotiva revelación del propio Dickens en su libro, llevó al jovencito que posteriormente sería considerado el mejor mago del mundo a adoptar definitivamente el nombre artístico de "David Copperfield".

Tan especial fue para su autor esta obra, que en el prólogo a la edición de 1867 llegó a comentar lo siguiente: " (...) solo me queda algo nuevo que confiar al lector. De todos mis libros, este es el que prefiero. Nadie pondrá en duda que soy un padre afectuoso con todos los hijos de mi imaginación, y que ningún progenitor puede querer a su familia con tanta ternura. Pero, como muchos padres afectuosos, tengo un hijo favorito en el fondo de mi corazón. Y su nombre es David Copperfield".
Desde nuestro blog, os animamos a descubrir esa otra clase de magia que solo puede verse con los ojos de la imaginación: la lectura. Y qué mejor manera de hacerlo que leyendo un libro mágico por excelencia: el libro que dio nombre no solo a uno de los personajes mejor creados de la literatura universal, sino también a uno de los mejores magos de todos los tiempos.


Y es que la magia de David Copperfield ya comienza con solo pronunciar su nombre...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un libro genial, yo lo he leído y se lo recomiendo a todo el mundo. Tan genial como nuestro mago favorito y como este genial blog. Seguid así.