miércoles, 22 de octubre de 2008

Encuentro mágico en Canadá

(Publicado en Winnipeg [Canadá]. 9 de octubre de 2008)

Si hay alguien que tenga el poder para traer de vuelta al equipo de hockey Winnipeg Jets, ese es David Copperfield. Después de todo, si el renombrado maestro de la ilusión puede hacer desaparecer la Estatua de la Libertad, seguramente podrá hacer también que un antiguo equipo de hockey reaparezca en nuestra pequeña ciudad, ¿no?

Pero nos basta con ver si Copperfield (52 años) puede realizar algunos números de magia cuando venga a la ciudad la próxima semana. De todas formas, estamos maravillados con el espectáculo Una noche íntima de gran ilusión, una serie de impactantes trucos que tienen como objetivo cumplir los sueños de las personas presentes en el show.

Conseguir el número ganador de la lotería, reunirse con un ser querido, viajar a lugares exóticos… Todos los sueños pueden hacerse realidad en el espectáculo. Copperfield también se saca de la manga algunos otros trucos, como aproximarse a un letal escorpión negro o atravesar sólidas planchas de acero... Ya saben, lo normal.

Ya vino en dos ocasiones con su magia a nuestra ciudad, en 2004 y 2007. A lo largo de su carrera, Copperfield ha levitado, ha escapado de lugares como Alcatraz y ha hecho desaparecer grandes monumentos. Sin embargo, el nativo de Nueva Jersey también ha visto cómo su buena estrella ha ido apagándose tras romper con Claudia Schiffer en 1999 y, más recientemente, tras ser acusado de violación e intento de soborno.

Copperfield rehusó hablar de la prensa cuando le enviamos un e-mail la pasada semana. No obstante, estuvo dispuesto a desvelar sus más recientes proyectos, los cuales quizá lo devuelvan algún día a lo más alto del panorama mágico internacional:

David, usted ha caminado a través de la Gran Muralla China, ha conseguido volar, ha levitado sobre el Gran Cañón del Colorado y ha hecho desaparecer la Estatua de la Libertad, entre otras muchas cosas. ¿En qué ilusiones está trabajando actualmente?

Siempre he querido poner la cara de una mujer en el Monte Rushmore, enderezar la torre inclinada de Pisa y hacer desaparecer la Luna. Por lo tanto, tengo muchos desafíos por conseguir.
La clave de todo es considerar que NADA es imposible a la hora de elaborar una ilusión. Por ejemplo, la ilusión de volar me costó más de seis años hacerla realidad. Uno de mis números actuales, Reunión (consistente en reunir a una persona del público con un ser querido en una isla remota ante los ojos de los espectadores), es extremadamente emotivo y gratificante para mí.

¿En qué momento supo que tenía el don de la ilusión?

Me interesé por la magia a una edad muy temprana. Aunque al principio fui ventrílocuo con un muñeco, enseguida me pasé a la magia, donde me sentí mucho mejor. Aprendí un truco con unas cartas de mi abuelo cuando tenía siete años. Al principio, mis padres deseaban que su hijo fuese médico, pero les hice ver que la magia me podría resultar mucho más ventajosa tras mi primera aparición en televisión para un especial de la ABC.

Actuar ante la mirada del público también supone recibir críticas. ¿Cuáles son las cosas más absurdas que ha llegado a escuchar por parte de sus detractores?

Puesto que soy una persona con experiencia en el mundo de la magia, ¡creo que es mejor hacer desaparecer esa pregunta!

A pesar de la admiración que ustedes, los magos, despiertan, ¿a qué cree que es debido que en otras muchas ocasiones no se les comprenda?

La magia es el arte más antiguo que existe en el espectáculo, se practica de forma ininterrumpida desde los tiempos del antiguo Egipto pasando por todas las épocas conocidas hasta el presente. Comprender la historia es la clave para saber apreciar el arte.

¿Qué clase de espectáculo va a representar en Winnipeg?

En Reunión, un miembro del público hará el viaje de su vida para reencontrarse con un ser querido. Situada en una grúa conmigo, suspendida sobre las personas del público, la persona desaparece, e instantes después reaparece en el lugar de sus sueños. En un juego de magia de cerca, me las veo con un escorpión negro africano. Con Squeezebox, el público observa cómo me reduzco hasta el punto de poder meterme en un zapato de Prada. Y en la ilusión que llamo La lotería, inspirada en un sueño de mi abuelo, revelo una técnica secreta para predecir los números ganadores. Una de las ilusiones más interactivas es Trece, en la que trece personas del público escogidas al azar desaparecen, dejando a sus amigos y familiares pensando si aplaudir o poner un anuncio de “Se busca” en los cartones de leche.

Nuestro adorado equipo de la NHL, Winnipeg Jets, fue tomado por nosotros en 1996 y ha ido perdiendo gas de forma considerable desde entonces. ¿Existe alguna posibilidad de que usted lo haga reaparecer?

¡Sería una gran noticia! Pero normalmente, las peticiones más corrientes que recibo son estas: "¿Puede usted hacer desaparecer a mi jefe, o a mi suegra?". Voy a apuntarme la suya...

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